Hay quienes permanecen al lado de una persona a pesar de ellas mismas, sacrificándose, detestándose, aburriéndose mutuamente. Lo más noble es dejar de verse antes de llegar a ese punto, pues el amor debería ser tan intenso como para no someterse a esa situación.
Lo cierto del caso, es que (al parecer) llega un momento en la relación, en la que se necesita oxígeno y tiempo; tiempo para evaluar, para extrañar, para pensar. La intensión puede ser pensar en el plan de vida, ajustar lo que se quiere obtener, pensar en lo que se es capaz de ofrecer, si es justo sacrificarme o hacer que se sacrifique.
Es importante considerar que no se es el mismo al inicio de la relación, que cuando ya han pasado los años, la chispa no es la misma, ni las ganas de estar aferrado el uno al otro. Sin embargo, el sentimiento se mantiene... ¿qué es mejor? ¿que se esfume de repente o que lo veas extinguirse lentamente?, no lo sé... pero es preferible recordar todo como fue,"e-x-c-e-l-e-n-t-e", los mejores momentos, los mejores viajes, los mejores chistes fueron junto a él. NO es justo esperar que ya no se puedan ni hablar, para al fin tomar una decisión trascendental.
Sí, se extraña y se llora esa ausencia, pero considerando la situación... es buena la distancia temporal, para ver qué depara el cosmos al respecto. Separados, muchas veces, la realidad se percibe con mayor facilidad.
"Eres el amor de mi vida y lo serás siempre, a pesar que pensé que el amor en pareja no existía, que todo era mentira; tú siempre has resultado ser mi mentira verdadera. Gracias por tanta comprensión y todos los años maravillosos."
Creo que ese sería una buena despedida para una hermosa historia de amor.
